BUZZWORDS. ENTRE EL POSTUREO Y LA EFICACIA
- lafabricadelcambio
- 2 sept
- 2 Min. de lectura
¿Eres capaz de traducir esta frase al "castellano claro"?
"Let's sync to align our roadmap, ensure cross-functional buy-in, and leverage quick wins for a scalable, customer-centric solution."
¿Qué hay detrás del fenómeno de los buzzwords o palabras de moda —especialmente los anglicismos— en el mundo de los negocios?
Términos como benchmarking, insights, performance, engagement o scalability se han convertido en moneda corriente en las reuniones, presentaciones y documentos corporativos, especialmente en entornos como el marketing, la consultoría o la tecnología. En España, su adopción ha crecido notablemente en los últimos años, impulsada por la globalización, la influencia de modelos anglosajones y, en muchos casos, por el deseo de proyectar modernidad o sofisticación.
Quienes los defienden argumentan que muchas de estas expresiones condensan conceptos complejos, difíciles de traducir de forma breve y precisa. También señalan que, en un entorno internacional, hablar un idioma común —aunque híbrido— puede facilitar la comunicación.
Pero no todo es eficiencia. Hay una cara B del fenómeno: el riesgo de que estas palabras se conviertan en una especie de jerga excluyente, vacía o innecesariamente complicada. Algunos expertos lo relacionan con cierto esnobismo o postureo corporativo: decir kick-off en vez de reunión inicial, o feedback en lugar de comentarios, no siempre añade valor, y puede incluso restarlo si entorpece la claridad o excluye a quienes no están familiarizados con el argot.
Por eso, desde varios sectores se empieza a hablar de una necesaria moderación: usar buzzwords cuando realmente aportan precisión o ahorro comunicativo, pero sin caer en el abuso. La naturalidad y la claridad no están reñidas con la profesionalidad. ¿Dónde está, para ti, el equilibrio?


Comentarios